Maridaje de vinos: 10 claves para acertar

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El maridaje es uno de los fenómenos culinarios con más auge en los últimos tiempos. En muchas culturas, el vino ha sido definido como un alimento básico en la mesa, así como una bebida ideal para combinarlo con una variedad de comidas tanto saladas como dulces. En este artículo te contamos qué es el maridaje y la mejor manera para poder disfrutar de él.

Qué es el maridaje y cuáles son las 10 claves para acertar 

El maridaje es un proceso que trata de combinar una comida junto con a la mejor bebida que case con ella, en este caso la unión con el vino.

La figura del sumiller, experto en vino, es muy relevante en este ámbito, además de encargarse de aconsejar a los clientes sobre cuál es el vino ideal para tomar en cada ocasión.

El objetivo del maridaje es crear nuevas sensaciones tanto en la degustación del vino como en el de la comida con la que se acompaña. En primer lugar, para poder mezclarlos, se deben analizar las características del vino como la acidez, el dulzor, la intensidad del aroma o el grado de alcohol presente en él, entre otros. Por otro lado, en la comida debemos centrarnos en el ingrediente principal, la salsa, guarnición o método de cocción.

En los detalles y en la sutileza está el secreto para elegir con criterio, ahora bien, teniendo en consideración los gustos y preferencias de los comensales.

A continuación, os dejamos las 10 claves para acertar en el maridaje.  

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Maridaje es equilibrio

En el momento de escoger la perfecta combinación entre un vino y un plato siempre se busca encontrar el equilibrio entre los dos componentes seleccionados. La clave es sentir las sensaciones que ambos provocan en el paladar de cada persona.

En el caso de la comida, el contenido de grasa del alimento, los sabores, la intensidad aromática o la capacidad de digerirlo son las características que marcan el peso del alimento.

Respecto al vino ocurre algo similar. Su aroma, sabor y principalmente el cuerpo que presente la bebida son los claves a tener en cuenta a la hora de elegir el tipo de vino ideal. Otros aspectos que también influyen son el tiempo de maduración y el tipo de uva seleccionado para la elaboración.

En conclusión, cuando se trate de comidas pesadas, recurriremos a vinos con cuerpo. Por el contrario, para platos más suaves y menos fuertes, buscaremos vinos más ligeros para una perfecta combinación.

Teniendo presente todas las cuestiones mencionadas, será más fácil poner en práctica el conocimiento para la búsqueda de maridajes equilibrados.

Maridar vinos y comidas por similitud

Tras tener en cuenta el equilibrio, el siguiente paso es prestar atención a otros matices y características de los vinos y platos para el maridaje. Para que ambos atributos resalten, debemos considerar las texturas, los sabores, aromas, colores… Lo ideal es buscar puntos en común entre el vino y la comida para complementarlos de la mejor manera posible.

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Maridar vinos y comidas por contraste

En el lado opuesto, también podemos identificar el equilibrio del maridaje mediante la búsqueda del contraste entre los vinos y los platos.

Por ejemplo, servirse de vinos refrescantes con comidas algo picantes para reducir la sensación de picor o un queso azul junto a un vino dulce.

Tener en cuenta la elaboración de los platos

De igual modo que la materia prima con la que elaboramos los platos es un aspecto esencial a la hora de presentar el maridaje con vino, lo es también la manera en la que se cocinan estos alimentos. Por ello, un solo producto alimenticio podrá ir acompañado de distintos tipos de vino dependiendo de la forma en la que se cocine.

El orden a la hora de servir el vino importa

Si existe la intención de maridar con un menú de varios platos, el orden en el que se sirven los vinos es fundamental para poder disfrutarlos al máximo.

Dicho esto, los vinos se deberán ordenar según su cuerpo y peso. En un principio, será recomendable servir aquellos que sean más ligeros y posteriormente, los vinos más evolucionados y con más cuerpo. La razón por la cual se sirven antes los vinos más viejos que los más jóvenes o los vinos blancos antes que los tintos es porque, en caso contrario, esta bebida nos sabrá insípida.

Elegir un vino para servir con los entrantes y aperitivos

Apoyándonos en los apartados previos, la mejor opción para acompañar con los entrantes ligeros o aperitivos son los vinos blancos jóvenes, frescos y fáciles de beber.

Una buena combinación del vino y las verduras

El maridaje también puede estar presente con un plato de verduras, legumbres u otros alimentos de origen vegetal. Todo dependerá de cómo se cocinen estos platos, así como la intensidad de sabores. Lo más apropiado para estas comidas es optar por un vino tinto joven. Sin embargo, si preparamos un menú con mayor fuerza nos decantaremos por un crianza o incluso un reserva.

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El vino perfecto para cada pescado

En el momento de elegir con qué vino acompañar nuestro pescado nos enfocaremos en el tipo de cocinado y la clase de pescado. La tradición prueba que lo más conveniente es saborear vinos blancos. Los llamados pescados blancos, como la merluza o el rape, son muy suaves y se ajustan a la perfección para  acompañarlos con vinos blancos secos.

Asimismo, para los pescados con sabores más intensos, elegiremos vinos con fuerza tales como blancos con crianza en barrica o un tinto joven con barrica.

En cuanto a los mariscos, éstos maridan a la perfección con los vinos blancos, en particular con el albariño o verdejo.

Maridando vinos con carnes

Una vez más, elegir un vino u otro variará en función del tipo de carne, el cocinado y la magnitud final del plato. Podemos distinguir dos tipos de carnes:

Carnes rojas

Existe un gran abanico de carnes rojas, como la del vacuno, toro, caballo, etc. Por norma general, este tipo de platos se degustan con vino tinto. Sin embargo, cuanta más grasa contengan los platos, se requerirán vinos más estructurados y con más tiempo en barrica. Por otra parte, si la carne está acompañada de especias, se puede contrarrestar con vinos afrutados.

Carnes blancas

Dentro del grupo de las carnes blancas encontramos el pollo, el conejo, el pavo, la ternera o el cordero lechal. Para este tipo de carnes con sabor suave, los vinos blancos secos que presenten acidez baja o vinos tintos ligeros son los más adecuados.

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Asados y guisos 

Con este tipo de platos donde la grasa se encuentra más concentrada y se potencian sabores intensos, es recomendable acompañarlo los alimentos con un vino tinto con crianza en barrica de uvas.

El postre también con vino

Por último, el postre. Los vinos dulces son los protagonistas para dar fin a nuestras comidas. Es fundamental que tengan cierta acidez, de tal manera que el postre no sea muy empalagoso. Entre este tipo de vinos, podemos contar con el Oporto o el Moscatel.

En cambio, para postres preparados con chocolate negro casan muy bien los vinos tintos con cuerpo y algo de crianza.

Disfruta de un buen maridaje con la mejor selección de copas de vino

En definitiva, el mundo del maridaje de vinos y comidas es un tema muy amplio, completamente abierto a la experimentación e innovación constante. La regla de oro es seguir nuestro paladar.

En Kristal 97 contamos con una selección de copas de vino donde podrás elegir la variedad que mejor se ajuste a tus preferencias o necesidades para acompañar tu bebida en cualquier celebración.

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