Cuando hablamos de disfrutar de una bebida no solo importa la calidad del contenido, sino también la copa o el vaso en el que se presenta. La forma de una copa condiciona la manera en la que la bebida es percibida por los sentidos. Por ejemplo, visualmente resulta más estimulante poder ver la coloración del líquido y un tallo largo permite que la temperatura de la bebida esté siempre perfecta, ya que evita el contacto directo con el calor corporal de la mano. En cuanto a la forma del cáliz en una copa, es el lugar donde los aromas de la bebida se mezclan entre sí y por el que se dirigen hasta nuestra nariz.
Partes de una copa
Antes de nada, debemos asegurarnos de que conocemos los distintos elementos que conforman una copa. De arriba abajo, diferenciamos las siguientes:
- Boca: es el borde de la copa y su mayor o menor apertura afectará a los aromas y al tránsito de la bebida hacia nuestra propia boca.
- Cáliz: es el cuerpo en el que descansa la bebida. Existe en una gran variedad y formas en función del tipo de bebida.
- Tallo: también llamado fuste. Debe ser suficientemente largo como para poder sujetar la copa cómodamente sin tocar el cáliz.
- Pie: es la base de la copa, es decir, lo que le aporta estabilidad.
Además, hay ciertos factores que se deben tener en cuenta en función de la bebida que vayamos a tomar: tamaño, forma y apertura de la boca. Estos influyen en la manera en la que el líquido se dirige a nuestra boca, guiándolo hacia una parte u otra de nuestra lengua e influyendo, irremediablemente, en el sabor de la bebida.
La forma del cáliz en una copa para vinos
Vayamos a degustar un vino blanco o un vino tinto, la copa utilizada para disfrutar de sus matices afectará a la manera en la que este sea percibido.
El tamaño no está proporcionalmente relacionado con la calidad de la copa, de manera que una copa más grande no tiene por qué ser más adecuada para beber vino. Cada tipo de vino, según sus características, requiere de un tipo de copa u otra.
Vino tinto
La forma del cáliz en una copa para degustar un vino tinto debe ser amplia, pues es necesario que el vino pueda oxigenarse sin problema.
Además, el fondo debe ser acho y con una forma abombada que se irá cerrando conforme se acerque a la boca. Este tipo de copas son muy similares a las que se recomienda utilizar para beber agua.
Vino blanco y rosado
En el caso de los vinos blancos y rosados, la forma del cáliz debe ser ligeramente más pequeña a la del vino tinto.
Dado que se consumen fríos, es recomendable que la copa se caracterice por ser estrecha, ya que esto ayudará a conservar la temperatura y el aroma.
Vino dulce
El vino dulce es un clásico para acompañar al postre y debe servirse en una copa baja y de cuerpo redondeado y cerrado por la parte de arriba, ya que esto permitirá mantener mejor el aroma afrutado.
Vinos espumosos
La forma del cáliz en una copa destinada a disfrutar un champagne o un vino espumoso debe ser alargada y estilizada, en forma de flauta.
Además, es imprescindible que la boca se guíe por la estrechez, pues esto mantendrá las burbujas en el interior de la copa y evitará que el gas se escape.
Antiguamente este tipo de bebidas se servían en copas aplanadas y de boca muy ancha, pero hoy en día el uso de estos modelos es más decorativo que funcional.
La forma del cáliz en una copa para cócteles y otras bebidas
Además de los vinos, existen infinidad de bebidas que se disfrutan más en la copa adecuada. No es lo mismo tomar un cóctel que un vermú, de manera que existe un gran abanico de posibilidades y modelos diferentes para cada ocasión.
Cócteles y combinados largos
La copa de balón (o globo) es el mejor recipiente en el que mezclar los cócteles y refrescos. Su amplio y generalmente abombado cuerpo la convierten en la copa idónea para servir bebidas acompañadas de hielo o frutas. Sin embargo, no hay un modelo estandarizado, ya que hay multitud de cócteles y sus particularidades son muy diversas.
La versión con el fuste más corto de este tipo de copas se utiliza para servir bebidas fuertes, como el coñac.
En KRISTAL 97 BRANDED GLASSWARE recientemente hemos diseñado la copa perfecta para que llevar el sabor de los cócteles a un nivel superior, KANPAI. Deriva de la fusión entre tradición y modernidad y simboliza la celebración y los buenos deseos, pues es una palabra japonesa que significa “brindar”.
Vermú y cócteles cortos
De todas las vistas hasta ahora, la forma del cáliz en una copa para beber vermú y cócteles cortos es la más diferente, pues se caracteriza por tener forma triangular.
Además, suele ser más baja que las demás y con una apertura total de boca. Debido a la originalidad de sus diseños y la gran elegancia que transmite se le da múltiples usos.
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