Cómo elegir el vino: descubre las claves para acertar

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El maridaje es un arte, al igual que cualquiera de los aspectos que rodean al mundo del vino. Si eres una persona inexperta, escoger el caldo más indicado para acompañar una comida o un momento especial se puede convertir en una auténtica odisea debido a la cantidad de diferentes vinos que podemos encontrar en el mercado. Desde Kristal 97 queremos ayudarte. Te explicamos las principales claves que debes tener en cuenta para elegir el vino perfecto.

Claves para acertar al elegir un vino

Elegir con qué vino acompañamos nuestra comida o reunión de amigos es fácil cuando estamos en un bar o un restaurante, ya que lo más fácil es dejarse guiar por el personal que te atiende. Sin embargo, cuando entramos a un supermercado o una tienda especializada para adquirir una botella de vino podemos sentirnos abrumados y puede que, por mucho que leamos diferentes etiquetas, no acabe de quedarnos claro cuál debemos elegir. ¿En qué aspectos debemos fijarnos?

Tipo de uva

En el mundo existen miles de variedades diferentes de uva, aunque no todas ellas se utilizan para la elaboración del vino. Aunque cada variedad posee unas características propias, todas ellas se pueden dividir en dos grupos básicos: uvas tintas y uvas blancas.

Entre las uvas tintas más comunes en España destacan, por ejemplo, la Garnacha –una uva empleada para producir vinos afrutados y vinos rosados– y la Tempranillo –originaria de nuestro país, esta uva produce vinos con mucho cuerpo y de intenso color, cuyo aroma y sabor nos transporta a un bosque por sus matices frutales–. La Monastrell o la Cabernet Sauvignon son otras de las variedades más destacadas en la elaboración de vinos tinos.

Por su parte, las uvas blancas más utilizadas para la elaboración de caldos son la Albariño, la Verdejo o la Chardonnay, entre muchas otras. Estas se caracterizan por producir vinos con aromas a fruta fresca. Destacan también en España la uva Palomina, utilizada para la elaboración de finos y manzanilla, y la Pedro Ximénez, cuyo vino dulce se ha convertido en uno de los más aclamados para el acompañamiento de postres.

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La edad del vino

Las etiquetas nos indican también la añada del vino. Existen, principalmente, cuatro tipos de vino según el tiempo transcurrido entre su fermentación y su embotellamiento y puesta a la venta.

Los vinos jóvenes son aquellos que se embotellan justo al acabar el proceso de fermentación. Se caracterizan por ser vinos frescos y afrutados, con ligeros toques ácidos en boca.

Entre los vinos que fermentan en barricas de madera encontramos:

  • Crianza: se trata de aquellos vinos que finalizan su maduración dentro de barricas de madera. Para que se considere de crianza, el vino debe someterse a un proceso de envejecimiento de entre 18 meses (si es blanco) y dos años (si es tinto), de los cuales deben pasar al menos 6 meses dentro de barricas.
  • Reserva: estos vinos cuentan con un proceso de maduración más amplio, lo que se traduce también en una mayor calidad respecto al Crianza. Para que un vino tinto sea Reserva debe tener una maduración de 36 meses, de los cuales pasará 18 en barrica. En el caso del vino blanco, el proceso de maduración será igual que en los vinos de Crianza. La diferencia se encuentra en que, mientras los Crianza se pueden comercializar a partir del segundo año, los Reserva no se pondrán a la venta hasta que hayan transcurrido tres años desde el inicio de la maduración.
  • Gran reserva: hablamos de los vinos considerados de mayor calidad y, por tanto, más exquisitos. Estos cuentan con un tiempo de maduración lenta, que alcanza los 5 años en el caso de los tintos -pasando año y medio en barrica de madera- y 4 años en el caso de blancos y rosados -con 6 meses de maduración en barrica-. Ambos se comercializarán a partir del sexto año.

Denominación de origen

España es una gran productora de vino y, aunque las más conocidas son la D.O. Ribera del Duero, Rioja o Valdepeñas, cuenta con más de 70 denominaciones de origen diferentes.

Cada denominación de origen cuenta con características que las hacen únicas y diferentes, y la elección de una u otra debes hacerla en función de tus gustos, por ello te recomendamos probar vinos pertenecientes a diferentes denominaciones hasta que encuentres aquella que más agrade a tu paladar.

¿Qué vas a comer?

Una vez que conocemos los tipos de vino que nos podemos encontrar en el mercado y sus principales características, una de las principales preguntas que debes hacerte antes de lanzarte a la elección final es qué vas a comer. Es sumamente importante que los sabores de la comida y del vino se complementen a la perfección, que uno no acabe convirtiéndose en la sombra del otro.

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De manera tradicional, todos hemos ido adquiriendo ese conocimiento que nos indica que debemos elegir un vino blanco si comemos mariscos o pescados o que el vino tinto marida mejor con carnes. Sentimos decirte que esta regla es cierta, pero no tan sencilla como parece. Deberemos tener también en cuenta cómo esté cocinado, más específicamente, debemos saber qué salsas y especias que se han utilizado para elaborar el plato.

Pero, mejor dejamos este tipo de cuestiones para los más expertos amantes del vino. Para que te resulte un poco más sencilla la elección, quédate con este listado de cuál es el tipo de caldo que nos recomiendan consumir los bodegueros según el momento de la comida en el que nos encontremos:

  • Aperitivo: opta por un vermut o un vino más fresco y ligero como pueden ser los blancos o rosados.
  • Plato principal: es en este momento de la comida cuando se debe optar por aquellos vinos con mayor cuerpo. Lo más normal es acompañar el plato principal con un vino tinto si vamos a tomar platos de cuchara o de carne o un vino blanco si vamos a tomar pescado.
  • Postre: en el momento más dulce de la comida, apuesta por elegir igualmente un vino dulce. También puede ser interesante acompañar el postre con un cava o vino espumoso.

Eso sí, ten en cuenta que no es recomendable servir muchos tipos distintos de vino durante la misma comida. Lo mejor es optar por aquel que más case con el plato principal.

Elige tu vino según la época del año

Que sea verano o invierno también es importante a la hora de elegir el vino. Cada vez son más los expertos que apuntan que el verano es la mejor época del año para elegir vinos blancos, rosados o espumosos, ya que estos se caracterizan por ser más frescos y livianos y nos ayudarán a aliviar el calor.

Si eres un apasionado del vino tinto, tranquilo. No te estamos queriendo decir que tengas que abandonar su consumo en verano. Esta es solo una recomendación, pero, obviamente, tus gustos primarán por encima del clima.

La graduación te indicará el cuerpo

El cuerpo del vino, la densidad que notarás en boca, está marcado por la graduación alcohólica que este posea.

Así, los vinos que posean menos nivel de alcohol, por lo general blancos y rosados, serán más ligeros. Los vinos tintos cuentan con una graduación intermedia de entre 12º y 14º grados, por lo que tienen una densidad media.

Los vinos dulces son los que poseen más graduación y, por tanto, un mayor cuerpo.

Mientras más caro… ¿mejor?

En el caso del vino, debemos dejar a un lado el concepto de que mientras más pagues por él mejor será. Fíjate un presupuesto y sigue los consejos que te hemos dado hasta ahora para elegir el vino. Te aseguramos que encontrarás caldos con gran calidad sin dejar un agujero en tu bolsillo.

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La copa también influye

En Kristal 97 somos expertos en vidrio y sabemos que la elección de la copa es fundamental para disfrutar de las bebidas en su máxima plenitud, también en el caso del vino.

Uno de los elementos más importantes a la hora de elegir una copa para el vino es que cuente con un talle lo suficientemente largo para facilitar que el catador la tome sin que sus dedos provoquen que el vino se caliente por el calor corporal.

Teniendo esto en cuenta, lo siguiente será elegir el tamaño y forma del cáliz, que, en este caso, sí influirá dependiendo del tipo de vino ya que su elección condicionará la manera en la que percibimos los aromas y sabores.

De esta manera, se aconseja que para degustar de manera correcta un vino tinto apostemos por copas de cáliz grande y con boca ancha, mientras que para los vinos tinos y rosados es más aconsejable elegir un cáliz con la boca algo más estrecha.

Las copas bajas y redondeadas deberemos elegirlas si tomamos un vino dulce, mientras que para vinos espumosos optaremos por copas con forma de flauta o tulipa.

En nuestro catálogo podrás encontrar los diferentes tipos de copa más adecuados para cada vino.

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